Las eventos traumáticos que más afectan al pie y al tobillo suceden por accidentes como caídas, tropezones, choques o por lesiones deportivas. Las distintas lesiones pueden producir daños en los huesos, ligamentos y articulaciones.
El daño en un hueso, también conocido como fractura, ocasiona mucho dolor, inestabilidad del miembro e incapacidad para caminar.
Los esguinces suceden cuando los ligamentos que unen los huesos se rompen total o parcialmente. Son también muy dolorosos y se acompanan de hinchazón y moretes.
Los huesos, que se unen en las articulaciones, pueden perder sus relaciones normales total o parcialmente dando lugar a las luxaciones. Son muy dolorosas, deformantes y de no corregirse dejan secuelas que alteran la marcha permanentemente.
El tratamiento inicial de todas las lesiones traumáticas debe ser inmediato ya sea inmovilizando el miembro en un aparato de yeso o brace y en caso de ser necesario realizando una cirugía.
De no tratarse adecuadamente y de forma inmediata estas lesiones pueden dejar secuelas que suelen requerir procedimientos quirúrgicos reconstructivos.